Sobre mí

Desde siempre supe vender, es algo que llevo en la sangre, algo innato. Aunque al principio no dominaba la escritura, mis conversaciones me abrieron muchas puertas.

Pero cuando intenté trasladar ese potencial al mundo digital, me di cuenta de que no era suficiente. Había algo que no estaba funcionando, pero no entendía qué.

Veía a muchas personas triunfar por internet y yo apenas rasguñaba algunos resultados. ¿En qué estaba fallando? ¿Qué es lo que ellos estaban haciendo bien y que a mí se me estaba escapando como agua entre los dedos?

Me sentía frustrado porque no avanzaba o, por lo menos, no como pretendía.

Al final encontré la solución, pero me costó tiempo, esfuerzo, dinero y algunos desafíos que enfrentar.

Nací en el norte de Argentina en un hogar muy humilde. Mis padres y mis hermanos trabajaban duro solo para subsistir. Mi papá cosechaba algodón, cortaba leña, caña de azúcar, hacía cualquier cosita para sobrevivir. Además, no vivíamos siempre en el mismo lugar. Nos movíamos constantemente a donde saliera trabajo.

Mi madre biológica falleció cuando yo tenía ocho meses de vida. Desde entonces se hizo cargo mi tía Emilia, a quien llamé mamá hasta sus últimos días.

Supe luchar por lo que quería. Pero a pesar de toda determinación, por cuestiones de prioridad en la vida —porque ya tenía una familia que mantener— no alcancé un título universitario ni una carrera periodística o licenciatura en letras, pero algo me decía que no era la única forma de llegar a donde quería. Sabía que si encontraba un camino distinto podría lograrlo.

Siempre me gustó la lectura y soy un apasionado de la escritura. Cuando era chico, le pedía a mi madre que me diera para pagar una suscripción mensual en la biblioteca de mi ciudad. Podía caminar unas cuadras y leer gratis, pero deseaba traerlos a casa.

Con el tiempo tuvimos internet y pude tener mi primera computadora, usada, pero era mía.

La web me dio muchas posibilidades y la investigación, claro, se hizo más fácil.

Entendí que la clave para el éxito en las ventas, —y en muchos logros— era una mezcla de varias herramientas, pero de las cuales resaltaba una en especial y que estaba relacionada directamente al éxito o al fracaso de toda interacción: la persuasión. Había encontrado el camino. Ahora, solo era cuestión de ir tras ella.

Como muchos emprendedores, aprendí de los grandes que ya pasaron por ese camino. Me instruí gratis con ellos y en diferentes tiempos gracias al poder de internet. Solo por nombrar algunos:

Sabía que me faltaba algo. Porque lo que tenía hasta ese entonces era tosco. Como una piedra en bruto que necesitaba ser trabajada y pulida.

Por ese motivo realicé cursos, algunos pagos y otros gratis. Me adentré en la redacción de contenidos, copywriting y redacción SEO en plataformas reconocidas como Udemy, Edutin Academy y Redactium, entre otras. Y, por supuesto, sigo aprendiendo por cuenta propia.

Hoy puedo asegurarte una escritura con propósito. Escribo para vender, emocionar y conectar. Convierto ideas en contenido creativo de alto valor.

Dejé atrás la incertidumbre para convertirme en aliado estratégico que impacta con textos irresistibles.

Por eso, si estás buscando a alguien que le dé vida a las palabras, que te ayude a conectar con el mundo, cada vez más distante por la competencia. Que cuente la historia de tu negocio que tu público quiere escuchar, pero de manera estratégica, auténtica, efectiva y cargada de persuasión para motivarlos a la acción. No busques más, ya me encontraste.